Para personas demasiado serias que tienen olvidado su niño interior. Parecen faltos de vitalidad, la espontaneidad les cuesta y disfrutan poco de la parte lúdica de la vida. Les cuesta reírse e intelectualizan sus emociones. Aporta júbilo, alegría y buen humor. Ayuda también para personas que tienen problemas de comunicación con los niños, por lo que puede ser útil para maestros, profesores, pediatras, cuidadores o cualquier profesión que se relacione con ellos. También para los padres, ya que potencia el juego y el disfrute de la relación con ellos.
Para los individuos dramáticos, deprimidos, muy tensionados y agitados. Para personas muy intelectualizadas que no logran ser espontáneas, son rígidas y aburridas.
Desde el punto de vista físico, sirve para relajar tensiones musculares y de mandíbula, trabaja sobre la fuerza vital de la sangre, y ayuda en problemas de ansiedad o depresión. A nivel energético, actúa sobre los chakras sacro, solar y corazón.