Fortalece el cuerpo físico y muchos aspectos de la regeneración que
hacen más fácil una transferencia de energía solar a las personas.
Proporciona un sentido más elevado del propósito y la fuerza, así
como ciertas fuentes de recursos y paz. Enseña que en la aceptación
de la diversidad encontramos paz, y también es el reencuentro con
nuestra individualidad.
Alinea las placas craneales aflojando la presión sobre el atlas (1ª cervical). Posee efectos
regenerativos sobre el cuerpo, que se manifiestan en pensamientos más claros, y la liberación de
la tensión aplicada sobre los temporales, la cabeza y la mandíbula. Es excelente remedio para la
jaqueca. Estimula la glándula pineal. Genera una apariencia lustrosa en el cabello, por el aporte de
sangre extra a esa zona, manteniendo a la vez el cuero cabelludo en condiciones óptimas. El ajuste
de las placas craneales libera también las tensiones sobre el rostro, por lo cual puede considerarse
un “estirador facial líquido”. Libera tensiones del esqueleto y el sistema muscular. Los terapeutas
que traten los sistemas óseo o muscular encontrarán en el Pomelo un remedio más efectivo que los
que estén tratando de eliminar tensiones psicológicas.
Ayuda a absorber el calcio y la vitamina E. Incrementa la asimilación de las proteínas.