Síntomas clave del estado Cerato:
Falta de confianza en la propia intuición.
Recomendaciones para la persona en estado Cerato:
Hacer ejercicios respiratorios, en los que se toma contacto con el centro.
Tomar contacto con la naturaleza: tranquila meditación en el campo.
Frases de programación positiva:
«Voz interior, háblame. Voz interior, te escucho»;
«Atiendo mis primeros impulsos»;
«Sólo yo puedo decidir lo que es bueno para mi»;
«Confío en mi guía interior».
Síntomas en estado de bloqueo:
Desconfianza de la propia competencia.
Pide constantemente consejo a otros.
Habla mucho, irrita a los demás interrumpiendo con sus interminables preguntas.
Da exagerado valor a la opinión de los demás.
Avidez de información.
Atesora saber sin aplicarlo.
Permite que le aconsejen mal en contra de su propia convicción y en detrimento propio.
Duda enseguida de una decisión que acaba de tomar.
Busca confirmación de alguna autoridad.
Causa en otros la impresión de ser crédulo y hasta cándido cuando no tonto.
Siente apego a las convenciones, pregunta qué está de moda, qué se lleva.
Inclinación a imitar formas de comportamiento que le son ajenas.
Los niños tachan en sus deberes lo que escribieron bien.
Potencial en estado transformado:
Intuitivo y entusiasta, curioso, deseoso de saber.
Capaz de recopilar, elaborar y emplear bien las informaciones.
Transmite sus conocimientos, con gusto.
Buena coordinación del pensamiento abstracto y del concreto.
Se deja guiar por la voz interior, se fía de ella y apoya sus decisiones en ella.
Obra sabiamente.
CERATO (REMEDIO T Y C): los remedios llamados transitorios o agudos (T) son aquellos que permiten re-armonizar estados mentales negativos que no son rasgos de carácter sino desórdenes transitorios. Es una condición que aparece en determinado momento, de repente, pero no requiere asistencia de emergencia. En estos casos el efecto de la flor, si bien es elegida, se siente en pocas horas, o a lo sumo en pocos días. Existe también el remedio caracterológico o crónico (C), que es un remedio básico que corresponde a la estructura de carácter de cada individuo. Es para personas que vivieron en esa condición por períodos prolongados. En estos casos siempre hay rasgos de carácter que hay que tomar en cuenta. El tiempo que tarda en modificarse esa estructura depende de la edad y situación de cada persona, y siempre sucederá en fases, nunca abruptamente, y puede durar semanas o meses.
Caracteríticas positivas:
Personas interesadas e informadas. Inteligentes y de opinione definidas. Naturalmente curiosos, firmes y confiados en sus intuiciciones sin desechar los aportes de los demás. Conectados con la natural sabiduría que hay en cada uno y sin temor a equivocarse. Escuchan su voz interior. Toman decisiones confiando en que sus juicios son correctos y se encuentran lo suficientemente convencidos, como para que ningún argumento los haga dudar.
Buena posibilidad de coordinar sus pensamientos abstractos concretos.
Confiados en que sólo ellos pueden decidir qué está bien para sí mismo.
En estado desarmónico suele observarse:
Muy poca confianza en sus propias opiniones, piden consejo permanentemente a los demás.
Suelen hablar mucho (verborrágicos).
Siempre usan ropa de última moda.
Buscan figuras de autoridad para preguntar y tener a quién creer.
Parecen tontos porque están siempre preguntando a los demás (pero no lo son). Abruman a los otros con sus preguntas.
Imitan al último con el que estuvieron.
Son personas convencionales, formales, buscan “lo correcto”, ya que así no tienen que decidir por si mismos. “Es así”
Faltos de conexión con su voz interior.
Para trastornos en la identidad (no saben quiénes son). Especialmente en adolescentes.
Para trastornos en el aprendizaje.
Para el “picaflor” o “Don Juan”. Esto está relacionado con que cambian de idea permanentemente.
En la psicosis disminuye la dispersión, conecta, ayuda a una menor disgregación en el pensamiento.
Sugestionables e ingenuos, vacilantes, cambiantes.
Buscan ser aprobados por los demás.
Buscan información permanentemente. La acumulan pero no la procesan.
A veces saben lo que quieren y toman sus propias decisiones, pero luego no las creen y buscan el consejo (y la confirmación) de otros.
Son persistentes en su demanda de la opinión de los demás porque no confían en su propio juicio.
Su inseguridad se halla en el nivel de las ideas.
Frecuentes verbalizaciones:
“¿Qué haría usted en mi lugar?”
“No sé por qué decidirme, porque todas las opiniones tienen su verdad.”
“Cuando contesto una pregunta en un examen, luego la tacho pensando que está mal. y resulta que estaba bien.”
“No me siento íntimamente convencido, así que vuelvo a preguntar a otros para reasegurarme.”
“Me distraigo fácilmente. Me es difícil concentrarme en una cosa ‘por vez.”
“Me aterra que me pidan mi opinión”.
“No sé.“¿Qué hago?”. “¿Qué haría Ud. si fuera yo?”
“No puede ser tan simple. Voy a preguntar otra vez.”
Cambios que suelen surgir si el remedio estuvo bien indicado:
Los pacientes comienzan a tomar decisiones, aunque admitan que pueden equivocarse.
Recuerdan más los sueños.
Están menos dispersos, más concentrados.
Se permiten analizar su experiencia y archivar la información obtenida.